domingo, 24 de marzo de 2019

PICARONES, EL DULCE CRIOLLO DE LA ÉPOCA DE LA COLONIA


Más de una persona ha comido en algún momento de su vida, ese delicioso postre criollo llamado “picarones”, que son anillos hecho con masa de harina de trigo mezclada con zapallo y camote, bañados en miel de chancaca aromatizada. Es un plato ancestral y vigente de la gastronomía peruana. Claro está que las masas fritas, frutas en sartén y buñuelos existen en toda América Latina, los más antiguos son origen español y están ligadas a las fiestas de Navidad. Los picarones son un postre de Navidad.

En el sabor, perfume y color no existe discusiones. Debe tener zapallo y camote, que le otorgan color amarillo claro, textura y también sabor. Además, tiene que llevar harina, levadura y el sabor y perfume de los granos de anís es básico e irremplazable.
El anís da el sabor y aroma a los picarones. La levadura se hace fermentar para que los picarones sean más ligeros. El batido de la masa era fundamental, para airear la masa y que resultaran más agradables. Los picarones tienen que cumplir reglas. La única excepción es la textura interna, que puede ser chiclosa o crocante, en eso no nos ponemos de acuerdo los limeños.
La miel es de chancaca perfumada con hojas de higo, una de las frutas más características de la ciudad de Lima. En épocas antiguas había higueras en todos los jardines. Además, se perfuma con canela, clavo y cáscara de naranja. Estos cuatro sabores le dan personalidad a la miel de los picarones.
Los picarones nos acompañan desde tiempos muy antiguos. En todas nuestras fiestas populares siempre ha estado presente una “picaronera”. 
En el primer recetario peruano, cuyo nombre es La Mesa Peruana (1867) se les denomina “buñuelos comunes”. Ese nombre se debe a que son los que más se consumen en Lima.  En el siglo XIX el nombre era buñuelos. El nombre de “picarones” aparece en el siglo XX.
El escritor y poeta español Esteban Terralla y Landa, quien vivió en Lima en 1787, escribe en su obra titulada "Lima por dentro y fuera en consejos económicos, saludables, políticos y morales que dá un amigo a otro con motivo de querer dexar la ciudad de México por pasar a la de Lima..." (1797). Menciona lo siguiente sobre los picarones: Verás muchos picarones (Que así llaman los buñuelos) Y a muchos hombres que son Mas picarones que ellos.
En los primeros recetarios chilenos no aparecía el picarón sino hasta 1865 donde la receta corresponde a unos buñuelos de zapallo, pero no tienen todos los ingredientes para ser un buen picarón, empezando por la correcta combinación de zapallo con camote. En ese tiempo (1865) ya era popular en las calles y plazas de Lima la venta de picarones.
En Chile hasta el año 1953 se consumía azúcar peruana.  La primera planta de azúcar chilena se estableció en Los Ángeles (1953), siguiéndole después, las plantas azucareras de Llanquihue (1958), Linares (1959) y Chillán (1967), Rapaco (1970) y Curicó (1974). En 1988 la empresa se privatizó y adoptó el nombre de IANSA, la empresa azucarera más importante de Chile.

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